Carballo a un paso

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"Antes se hacían balones con calcetines o palos de hockey con los troncos de las berzas"

Apolinar Graña participa en la organización del curso sobre Patrimonio Lúdico que se celebra el 8 e el 9 en el Fórum

Apolinar Graña naceu en Buño

Esta semana Carballo será sede del único curso sobre juegos tradicionales y populares que hay en Galicia dirigido a docentes. Hablamos con Apolinar Graña, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte e investigador, nacido cerquita de Carballo, en Buño. Forma parte de la organización y, además, está realizando su tesis doctoral sobre juegos tradicionales.

-¿Cómo entraste en contacto con el mundo de los juegos tradicionales?

-Pues como todo el mundo. Cuando eres niño, siempre juegas, con los amigos y amigas, con los padres, con los primos mayores…

-¿Qué recuerdas de aquellos tiempos?

-Lo bien que lo  pasábamos yendo a robar la fruta a las huertas, jugando a los vaqueros por el monte, cazando renacuajos o grillos…Eran los juegos que había: trepar por los árboles, hacer tirachinas, "tiramillos", "tiratacos"…

-Tú tienes 33 años, pero este mundo del que me hablas ya no es el mundo de los niños y niñas de ahora…

-Para nada. No es que no sea. Sobre todo en el rural, puede mantenerse. Buño no cambió mucho en estos treinta años, pero Carballo sí. Hubo un cambio social importante. Para los juegos populares, es primordial la presencia del entorno. Ya los juegos que recogían Vicente Risco y Xaquín Lorenzo tenían todos que ver con la naturaleza. Se jugaba en la era, en las huertas, en los montes o en la playa que tenías del lado, en la plaza… No había estos parques que están diseñados para guardia y custodia de los niños, que son como minicárceles. Nosotros andábamos libres por el monte. Marchábamos a las tres de la tarde y hasta la noche no volvíamos, sobre todo en primavera y en verano.

"En este tipo de juegos, los niños y las niñas tienen que dialogar para ver cómo se hacen los equipos y que normas hay. El juego popular es más autorregulado, y tiene un potencial tremendo a nivel de relación social y en la motricidade"

-¿Los niños y niñas de hoy en día son menos libres?

Hoy en día los niños no tienen esa libertad. El índice de accidentes infantiles o de desapariciones de niños no es nada, pero hay ese miedo porque vivimos en la cultura del miedo. En las ciudades, la cimentación o el urbanismo salvaje quita espacios y eso mina ese juego espontáneo y libre, que pasa a ser intervenido por instituciones escolares, académicas, oficiales en definitiva. Hubo también un salto generacional importante. La gente delegó en las instituciones y la transmisión oral se rompió, sobre todo en las zonas más próximas a las ciudades grandes.

-¿Qué repercusiones tiene en niñas y niños?

-Juegan a lo que ven. Estamos en el mundo de las pantallas. En el estado español, sólo se ve fútbol y un gran porcentaje de niños juegan al fútbol, o practican otros deportes. Después está el mundo de las consolas y de los videojuegos. Con el clima que tenemos, un padre o una madre prefiere tener a un niño con la televisión en la casa a que se moje fuera. Y además, hoy en día los niños y las niñas tienen una sobrecarga de actividades brutal, tanto escolares como extraescolares. Nosotros salíamos de la escuela y todo el tiempo era nuestro.

-¿Qué ventajas tienen los juegos tradicionales y populares?

-Sobre todo tienen un componente de diálogo  y de integración que el deporte no tiene. El deporte, por su naturaleza, rechaza a quien es torpe. En este tipo de juegos, uno es bueno en una cosa, otro, en otra..., y los niños y las niñas tienen que dialogar para ver cómo se hacen los equipos y que normas hay. El juego popular es más autorregulado, y tiene un potencial tremendo a nivel de relación social y en la motricidade.

-¿A qué tipo de habilidades motrices te refieres?


-Cuando estás haciendo un tirachinas, por ejemplo, estás desarrollando unas habilidades manuales que el día de mañana te pueden ayudar a aprender determinados oficios, la carpintería, pongamos por caso. El juego popular lleva a correr, a saltar, a la manipulación de objetos, al desarrollo de la praxia fina, aquella que nos permite trabajar la coordinación óculo-manual. Además, si eres tú quien haces tu juguete, lo valoras más. Antes no había muchos recursos, y entonces era preciso discurrir.  Se hacían balones con calcetines o palos de hockey con los tallos leñosos de las berzas, por ejemplo. Tú hacías tu billarda. Eso hacía que desarrollases una serie de habilidades. Hoy en día es impensable que el niño lleve su propia navaja o cuchillo para hacer su juguete.

-Bergantiños es una comarca con una marcada identidad propia, ¿también en lo que al patrimonio lúdico se refiere?

-A Costa da Morte es muy característica. Cuanto a patrimonio lúdico, se nota que tenemos costa e interior. En la costa, en zonas como Malpica, encontramos juegos como saltar desde el puerto, ir a la vía (una especie de surf sin tabla de surf), el "perillote"…  En el interior encontramos juegos como la llave, billarda, el bote boteo, que es una especie de escondite…

-¿Y qué juegos son característicos de la zona de Carballo?

-En la zona de Carballo hay mucha tradición de jugar a la llave, tradición que algunas tabernas recogieron. También están la billarda, las pandas, el salto, el huevo pico araña, el "monta na churra", el aro, los trompos…


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