Uno de los molinos redescubiertos en Lema

Hace más de 40 años que están escondidos en la parroquia de Lema. Pero una limpieza realizada en el río Enxebra la primavera pasada, descubrió un total de doce molinos escondidos bajo las silvas, un tesoro etnográfico que se incorpora así al patrimonio carballés. Las indicaciones para llegar hasta él las dieron algunos vecinos y vecinas que forman parte del Consejo Parroquial y que sabían de la existencia de un conjunto de molinos, aunque ya pocos recordaban que eran una docena. "Desde que se paró de moler, y de eso puede hacer cuarenta años o más, nunca más se volvió y la maleza abusó de ellos", explica una vecina. Sólo uno se mantuvo en funcionamiento durante algún tiempo más, pero hasta el año pasado todos permanecieron ocultos bajo la vegetación.

Diez de los molinos están situados en el lugar de Centeás, y otros dos en el lugar de Agramaior, en la parroquia de Lema

Ahora van a ser recuperados como un espacio más de ocio para los vecinos y vecinas. Así, el Ayuntamiento, gracias a la iniciativa del Consejo Parroquial, ha realizado una primera limpieza que ha permitido acercarse de nuevo a los molinos, pero ahora se está realizando un trabajo más minucioso que se completará con el acondicionamiento de una senda con zahorra. El trabajo está siendo coordinado por la Brigada Municipal de Medio Ambiente, de la que forman parte 10 personas perceptoras de la RISGA. Entre sus cometidos está la limpieza de fuentes, parques y espacios naturales en general, y uno de ellos es esta nueva ruta de los molinos de la parroquia de Lema. Diez están situados en el lugar de Centeás y dos, uno de ellos en buen estado de conservación, en el de Agramaior. Dado que los molinos son de propiedad privada, la actuación se limitará en principio a la limpieza de las construcciones y de la senda que los comunica para convertirla en un nuevo espacio para el disfrute de la ciudadanía.

Si os animáis a dar un paseo por la parroquia de Lema, no dejéis de acercaros para echarle un ojo. Especialmente cuando empiece a llegar el buen tiempo ¡que ya queda menos!