Las figuras simbolistas, clásicas y sutiles de Bosoletti: en el Rexenera Fest
Las actuaciones del creador argentino siempre intentan respetar la memoria de los lugares y de las gentes que habitan los espacios de sus asombrosos murales
Proyecto "Iside" en Nápoles
El argentino Bosoletti es la segunda de las confirmaciones del festival Rexenera Fest. Criado en Armstrong, una pequeña localidad de la provincia de Santa Fe, Francisco Bosoletti ofrece una mirada pura y primigenia sobre la vida, la naturaleza y la humanidad. Basado en un estilo clásico, el trabajo de Bosoletti se apoya en simbolismos, en representaciones humanas o en fuertes apelaciones visuales. Bosoletti trabaja con figuras en confluencia con los elementos de la naturaleza, particularmente las femeninas y sus destinos.
Emplazados en Portugal, Alemania, Italia o su argentina natal, entre otros muchos lugares, sus murales evocan serenidad y placer visual, pero implicando un despertar de conciencias. La consciencia de que la vida pasa pero sin saber muy bien lo que nos concierne o lo que somos capaces de hacer o decidir por nosotros mismos. La consciencia de que la vida debería ser una constante lucha influida sobre todo por la lógica.
Lo efímero de la existencia
Su pintura obliga al espectador a mirar de manera diferente, refinando su sensibilidad y recurriendo a diferentes modelos perceptuales de los habituales y tranquilizadores. Los ojos entumecidos intentan capturar sus imágenes recién reveladas, receptores casi saturados de visiones gritadas por debajo del umbral de la conciencia, descubren figuras que emergen del fondo repentinamente y despiertan una forma de percepción nueva, más sutil y poderosa.
Bosoletti pinta sus paredes respetando la memoria de los lugares y de las personas que los habitan. Sus intervenciones acompañan la idea de que el tiempo pasa, escondiendo y revelando al mismo tiempo visiones que parecen persistir en un presente eterno y que le recuerdan al hombre lo efímero de su existencia.
